domingo, 19 de mayo de 2013

Tengo talento

No sé si debería seguir citando pasajes de Katherine Pancol pero pienso que vienen que ni pintados para aquellos a los que cierta inseguridad les impide avanzar.

"Se instaló en el balcón de las estrellas. Levantó el rostro hacia el cielo. Localizó la Osa Mayor y Menor, la Cabellera de Berenice, la Flecha y el Delfín, el Cisne y la Jirafa... No había hablado con las estrellas desde hacía mucho tiempo. Empezó por darles las gracias. (...) Escucha papá, escucha...
Me dijo que tenía talento, que iba a escribir un nuevo libro.
Me dijo que conseguiría clavar mi sufrimiento en la cruz y mirarlo de frente.
Me dijo que debía atreverme. Olvidar que mi hermana y mi madre me habían cortado las alas. Me habían reducido a la mínima expresión.
Me dijo que eso se había terminado.
¡Nunca más, nunca más!, prometió mirando a las estrellas por primera vez desde hacía meses.
Soy una escritora, soy una escritora formidable y digna de escribir. Ya no pensaré más que todo el mundo es mejor que yo, más inteligente, más brillante y que yo soy poquita cosa... Voy a escribir otro libro.
Sola. Como escribí Una reina tan humilde. Con mis propias palabras. Mis palabras cotidianas que no se parecen a las de nadie. También me dijo eso. (...)
Porque, mira, papá, si yo no soy capaz de estar orgullosa de mí, ¿quién lo será?
Nadie.
Si no tengo confianza en mí misma, ¿quién tendrá confianza en mí?
Nadie.
Y me pasaré la vida pegándome tortazos...
Pegarse tortazos constantemente no es un objetivo que debamos tener en la vida.
Ya no quiero que me traten de tonta y no quiero considerarme a mí misma como algo insignificante.
Quiero tomarme en serio. Confiar en mí.
Hago la solemne promesa de seguir en pie y avanzar. (...)
Sintió una especie de explosión de alegría interior.
Llovía alegría en su corazón. Oleadas de alegría, torrentes de paz, diluvios de fuerza. Se echó a reír en la oscuridad..."

(Ahora pinchad el enlace y seguid leyendo lentamente, una y otra vez, hasta que acabe la música)

(&)
Tengo talento. Debo atreverme.
Olvidar que me habían cortado las alas.
¡Nunca más! Soy un pianista, soy un pianista formidable y digno de tocar. Ya no pensaré más que todo el mundo es mejor que yo, más inteligente, más brillante y que yo soy poquita cosa...
Solo. Con mi propia música que no se parece a la de nadie. Si no soy capaz de estar orgulloso de mí..., si no tengo confianza en mí mismo..., me pasaré la vida dándome tortazos.
Quiero tomarme en serio. Confiar en mí..., seguir en pie y avanzar.
Llueve alegría en mi corazón. Oleadas de alegría, torrentes de paz, diluvios de fuerza. (Da Capo al &)


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