domingo, 8 de abril de 2012

Rafael Orozco

De verdad sentí mucho su muerte. Me pareció algo injusto. Sólo tenía cincuenta años. Y desde entonces entendí claramente cómo somos los españoles. Todas esas virtudes que nos achacan del tipo envidia y celos las sufrió tanto que ni siquiera quiso morir en España. Con su cuerpo aún caliente me ofrecieron de parte de la familia el piano de media cola Steinway que tenía en Córdoba (o en Madrid, no estoy seguro), eso sí, por la módica cantidad de cuatro millones del año 1996. El muerto al hoyo y el vivo al bollo, que se ha dicho toda la vida. Al poco me llevé una fuerte impresión cuando coincidimos en el mismo cartel de un ciclo y él ya no había tocado.
En fin, quizás tendría que haber empezado más amablemente, pero me estoy conteniendo. A pesar de que se decía de él que era frío y mecánico dio muestras sobradas de no serlo en absoluto (de Pollini todavía dicen lo mismo sus íntimos enemigos). Ahora mismo tengo de fondo los Estudios op. 10 de Chopin, que grabó con veinticinco añitos en una época que no sé yo si habría algún pianista más que los tocara. Si seguís 'youtubeando' encontraréis el 3º de Rachmaninoff en vídeo troceado: no me parece a mí ni frío ni distante. Si es que no hay como ser español para que te den hasta en el cielo de la boca y a la vez unas palmaditas en la espalda con la mejor de las sonrisas. Los comentarios que tuve que oír a la vez que se celebraron homenajes en todos los conservatorios, ¡cuánta hipocresía!
Una buena amiga me pasó hace tiempo la grabación de la Fantasía, op. 17 de Schumann y la tengo en cinta de cassette. A día de hoy aún me emociona y me hace llorar y creo que no he escuchado nada parecido en las decenas de versiones que circulan por ahí. Esta obra no admite dudas, al menos para mí, y sirve perfectamente para juzgar si el pianista es músico. Qué pena que no se pueda encontrar en cd. Lo que sí está fácil es su grabación de los conciertos de Rachmaninoff (todos) a los que también les pusieron pegas en Radio Clásica, esta vez al director y a la orquesta, lo que viene a ser lo mismo. El caso es criticar, es tan fácil.
Ahora estoy oyendo fragmentos de la Iberia: guardemos un respetuoso silencio. ¡Qué barbaridad! ¡Qué manera de entender la obra! No voy a ser yo quien le ponga una pega a Alicia de Larrocha, por siempre venerada, ni a Esteban Sánchez, Dios me libre. Pero lo de este hombre no tiene parangón. ¿La habéis escuchado bien? Yo tuve la inmensa suerte de verlo en directo en Cádiz la primera vez que la tocaba en público completa: fue impresionante, inolvidable. No he escuchado un Polo mejor en mi vida. ¿Os podéis creer que a la puerta del teatro había algún 'músico' criticando? Lo dicho, no tenemos arreglo. Cada vez parece menos sacrilegio encumbrar esta versión por encima de las demás (y tengo casi todas, que conste).
Al año siguiente, 1993, también se metió con la obra de Falla. No sé si estaba preparando su testamento o sencillamente decidió ignorar su enfermedad y seguir viviendo y trabajando al máximo. Según sus propias palabras quería comprometerse con la música española y dedicar más o menos la tercera parte de sus recitales a ella. No olvidemos que era cordobés y que su padre era compositor muy relacionado con el folklore y con el flamenco, lo que le permitió empaparse desde pequeño.
No sé si he logrado plasmar mi admiración por Rafael Orozco. Qué pena no poder seguir oyendo sus versiones en directo. Creo que era un auténtico músico, de una sinceridad inalcanzable, que se acercaba a cada compositor con el respeto que permite la humildad de los grandes. Y él lo era.
Buscad todas las grabaciones que podáis y veréis que supera mucho de lo que escuchamos.


Y un último pensamiento: ¿por qué para reconocer a un artista español (no digo ya andaluz) tiene que triunfar en el extranjero de donde, con toda seguridad, es mejor no volver?

4 comentarios:

  1. Hola Alberto, sigo tomando nota de tus referencias musicales y la verdad es que estoy encantada, porque luego las busco en el spotify (no siempre están, también te lo digo). ¿Para cuando tu propio canal de youtube con tus propios videos de conciertos?
    Un saludo
    Sonia

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    1. Hola Sonia:

      Gracias por seguir leyendo el blog. Las referencias musicales que van en color tienen enlace directo a Youtube o a Spotify que, efectivamente, no tiene 'toda' la música. De hecho hoy he querido poner la Sonata de cello y piano de Rachmaninoff por Natalia Gutman y Elidzo Wirssaladze, cuyo disco tengo, y no la he encontrado.

      Un cordial saludo.

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  2. Hola Alberto:
    Yo tuve la enorme suerte de conocer a Orozco en persona.
    Fueron varias veces las que pude (pudimos mis compañeros y yo)tratar con él de tú a tú, y eso que en aquellos tiempos no pasábamos ninguno de los 21/23 años.
    Era una persona llana y enormemente humilde; respondía a todas nuestras demandas con amabilidad y sencillez. De hecho, tanto en Córdoba como en Santander,le encantaba compartir cena y posterior velada con las jóvenes generaciones.
    Su muerte fué un verdadero shock para mí.
    Por supuesto me declaro ferviente admiradora de él como persona y como pianíta.

    Aprovecho la ocasión para manifestarte mí admiración, (te he escuchado tocar, aparte de haber oído hablar de tí en incontables ocasiones), y para darte las gracias por este magnífico blog.

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  3. Muchas gracias por tu cariñoso comentario y por difundir el blog desde el tuyo.
    Ojalá hubiera podido compartir esas veladas con él. Cada vez que escucho algo suyo admiro la autenticidad con la que tocaba, nunca dejaba indiferente. De esos pianistas hay muy pocos. Aún podría estar dando guerra.

    Mi más cordial saludo.

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